viernes, 3 de agosto de 2007

El Triunfo

Cuando lo conocí, me di cuenta que era una persona nerviosa, de carácter fuerte y se enojaba rápido. Al comenzar nuestra relación él no me pegaba pero siempre teníamos que discutir por mi hija mayor que no es de él, quería que yo le pegara por cosas insignificantes y si yo no lo hacía, buscaba la forma de hacerla llorar. El controlaba la comida que le daba a mi hija, las veces que me daba dinero para los gastos de la casa me lo representaba; por esta razón, me ví obligada a buscar la forma de tener mi propia platita.
Un 24 de Diciembre víspera de la Navidad, compré 800 naranjas para vender jugo en la Feria de Barrio Lindo, ese día me quedé vendiendo hasta la noche y me hice 400.- Bs.
Cuando llegué a la casa lo encontré muy enojado porque llegué tarde, le conté del dinero de la venta y me respondió que seguramente era de otro hombre y comenzó a pegarme, a mi hija la tiró al piso, esa noche lo boté de la casa, fue la primera vez que me pegó.

Después de una semana para el Año Nuevo, regresó a pedirme disculpas, prometiéndome que iba a cambiar, que le de una oportunidad, pero su promesa no la cumplió, siguieron las peleas, los maltratos, los celos. Cuando llegaba borracho pateaba la puerta, el ropero y una vez rompió la ventana de la casa donde alquilábamos y nos pidieron desocupación, iba a mi trabajo y me hacia escándalos.

En varias oportunidades le pedí que nos separemos, porque nos estábamos haciendo mucho daño, yo ya no quería tener relaciones de pareja con él, pero se empeñaba en hacerme la vida imposible.
Siempre tuve miedo de denunciarlo, aparte no tenia plata para seguir algún proceso, y cuando le decía que lo denunciaría se burlaba de mí.

Esta situación se agravó cuando él se enfrentó a mi hermano y a mi madre, e inmediatamente nos denunció por lesiones gravísimas. Un día en mi desesperación fui a la plaza principal de la ciudad y me crucifiqué pidiendo ayuda a gritos hasta entonces, las autoridades judiciales estaban a su favor, me sentía totalmente desamparada, a mi hermano lo habían llevado a la cárcel, mi madre tenia la cara morada por los golpes que recibió, un canal de Televisión me llevó a Casa de la Mujer, donde recibí ayuda legal y psicológica.